El agro cuenta con un 75% de trabajo en negro ha publicado la Agencia de noticias oficialista “Noticias Argentinas” citando un estudio de una ONG de nombre IDESA.
El informe habla de 335.000 trabajadores registradas sobre un total “supuesto e imaginario” de 1.300.000 trabajadores (lo que totalizaría un 25% de trabajo registrado en blanco y 75% en negro)
El dato es falso y descontextualizado. Doblemente falso por tanto.
En el RENATRE (Registro nacional de trabajadores rurales y empleadores) se encuentran registrados 840.000 trabajadores. Mas del doble de los que cita el informe. Temporarios, golondrinas o permanentes pero registrados al fin (un 65% del total) (1).
Dando por cierto el universo proyectado por IDESA (1.300.000 trabajadores), con un 35 % de trabajo en negro el agro se encontraría por debajo de la media nacional (45%).
Sin perjuicio de estos guarismos es interesante preguntarse ¿Dónde están estos bolsones de trabajo en negro agrario (35%)? Paradójicamente los encontramos muy alejados de la “ruralidad” que enfrentó al kirchnerismo en el 2008, a saber:
-En actividades agrarias de subsistencia especialmente en Provincias del Norte Argentino cuyos gobernadores en general son aliados incondicionales del oficialismo.
-En San Juan (donde el trabajo en negro alcanzaría el 80%) y en el Chaco (algodón) gobernados por los ultrakirchneristas Gioja y Capitanich respectivamente (este último productor agropecuario).
-En actividades de mano de obra intensiva (ajo, cebolla y sector hortícola en general). Actividades realizadas y regenteadas en buena parte por inmigrantes del país hermano de Bolivia cuya radicación el Ejecutivo Nacional alienta o por lo menos tolera.
Es por todos conocidos el cordón hortícola que rodea al Gran Buenos Aires, donde se combinan trabajo en negro, trabajo indocumentado y trabajo infantil en miles de emprendimientos colectivos que, de existir voluntad oficial, sería muy fácil de combatir, teniendo en cuenta la cercanía y que toda esta producción confluye (como en un embudo) en el Mercado Central donde reina el todopoderoso Secretario de Comercio Guillermo Moreno.
Alcanzaría con que se impida comercializar las verduras a quienes no demuestren contar con los papeles laborales en regla. Sería suficiente con que se utilicen algunas de las herramientas con que se ha hostilizado al agro argentino (ONCCA, PERMISOS, REGISTROS, ETC..) en los últimos años. Desde ya que esto traería el inconveniente de ahuyentar los votos de colectividades afines y hacer subir los precios.
En cuanto a la producción agraria tradicional cerealera o ganadera que el kirchnerismo no ha podido clientelizar y que ha sido etiquetada despectivamente como “la oligarquía” podemos afirmar que constituye una de las actividades con mayores índices de trabajo en blanco. Un trabajador en negro para un productor cerealero o ganadero constituye un riesgo cierto de perder el campo.
“El agro no da trabajo” repetían a mansalva los coros k en el 2008. “Los trabajadores del agro están en negro” recitan ahora. Con 840.000 afiliados regularizados (la cifra más alta entre todos los sectores), la UATRE (el sindicato de los trabajadores rurales) invita a renunciar a una de las dos afirmaciones. O el agro da muchísimo trabajo y 840.000 serían la exigua cifra que nuclea a los pocos que están registrados. O están registrados todos y da poco trabajo en comparación con otras actividades… que darían muchísimo más pero –deberíamos admitirlo- estando casi todos en negro, razón por la cual no pueden siquiera acercarse a los 840.000 afiliados registrados de la UATRE.
“Una cosa no puede ser y no ser a la vez y bajo el mismo aspecto” reza el principio de no contradicción, piedra fundamental de la lógica.
Tratándose de usinas de propaganda es mucho pedir. “Miente miente que algo queda” les resulta mas práctico y efectivo.
Gabriel Vénica
(1)Son los datos que aporta quien más ha luchado y más denuncias ha realizado contra el trabajo en negro: “El Sindicato de trabajadores rurales (UATRE)”.
Gabriel Vénica
gvenica@uade.edu.ar
11 15 6694 8893
www.mentiraskas.blogspot.com
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